#HistoriasdelMonte para inspirarte en nuestro concurso de microrrelatos

El 3 de diciembre Monte de Piedad cumple 315 años y, como sabes, hemos querido celebrarlo con una iniciativa cultural inspirada en esta institución centenaria. Por eso convocamos el Concurso de Microrrelatos 315 Aniversario del Monte de Piedad, un proyecto que tiene como objetivo descubrir talento literario y despertar la imaginación, pero también poner en valor la importancia histórica y actual de una institución que lleva más de tres siglos facilitando el acceso al crédito a quienes lo necesitan gracias a nuestra financiación con carácter social.

¿Quieres participar? Lo único que tienes que hacer es escribir un relato con tantas palabras como años tiene nuestro Monte de Piedad. ¡Anímate! Puedes presentar tus relatos a través de este formulario hasta el 10 de noviembre. Y para que tu imaginación vuele libre, te contamos anécdotas del Monte de Piedad que también podrás encontrar en las redes sociales de Fundación Montemadrid con el hashtag #HistoriasdelMonte. ¿Quieres adentrarte en la historia de nuestra institución? ¡Descubre estas pequeñas grandes historias!

Ni un solo día

Desde su nacimiento -el 3 de diciembre de 1702-, el Monte de Piedad de Madrid  no ha cerrado sus puertas ni un solo día laborable. Ni uno. Ni siquiera durante todo el tiempo que duró la Guerra Civil española, dejó de atender a todas las personas que se acercaron a sus puertas solicitando sus servicios.

El Monte de Piedad como refugio

Muchos vecinos de Madrid pudieron refugiarse en las dependencias del Monte de Piedad de Madrid de los bombardeos y del peligro a su integridad generado por el conflicto de la Guerra Civil. Precisamente los sótanos, donde estaban a buen recaudo las prendas que pignoraban los clientes a cambio de dinero, sirvieron de refugio seguro en uno de los momentos más difíciles de nuestra historia.

Monte de Piedad con la mujer

El Monte de Piedad no sólo ha ayudado a muchas personas a conseguir sus sueños, también ha sido testigo de avances sociales muy significativos. ¿Un ejemplo? Durante gran parte del siglo pasado, en España los bancos y cajas de ahorro no prestaban crédito a la mujer si no iba acompañado del permiso de su marido. Ellas, que administraban en gran medida la economía doméstica, tenían que recurrir a la ayuda de sus maridos para cualquier cosa que implicara una inversión económica. Sin embargo, en Monte de Piedad no se necesitaba ningún permiso, las mujeres podían libremente adquirir el tipo de crédito social que ofrecía la institución empeñando objetos y joyas de su propiedad, contribuyendo así a su autonomía e independencia.

Una ayuda para pequeños negocios 

En momentos de recesión económica muchas personas necesitan una ayuda económica extra y Monte de Piedad ha sido siempre una vía accesible para poder obtener financiación. Por ejemplo, en la más reciente crisis económica que ha sufrido nuestro país, a muchos empresarios y dueños de PYMES sus bancos les retiraron el crédito, restando liquidez a sus proyectos vitales y profesionales. Entonces, muchos acudieron a Monte de Piedad para dejar piezas que les permitían pagar las nóminas de sus empleados, proveedores y otras deudas sin tener que cerrar su empresa definitivamente ni despedir a nadie. Cuando la crisis remitió, la mayoría recuperaron sus joyas, pero sus pequeños negocios seguían en pie.

De la subasta a las misiones

No todas las joyas que subastamos vienen de particulares que se acercan a nuestras oficinas. Algunas de las piezas que subastamos tienen su origen en donaciones. La más reciente ha sido la donación de un lote de joyas a unas monjas por parte de un particular. Desde el Monte de Piedad hemos colaborado en su tasación y subasta, cuyos beneficios han ido destinados a las misiones.

El traje de los domingos

El Monte de Piedad es y era un fiel reflejo de la sociedad hasta el punto de condicionar muchos de sus comportamientos. Por ejemplo: cuando los salarios se pagaban en jornales semanales muchos clientes eran capaces de recuperar los viernes -día de cobro-, el traje de los domingos que previamente habían empeñado el lunes. De este modo asistían a misa elegantse y en perfecto estado de revista. Algo que era socialmente importante.

Depositaria de ropa en Monte de Piedad

Sin colchón ni manta

En el Monte de Piedad se empeñaba todo tipo de artículos hoy insospechados. Nos hemos encontrado con colchones, mantas y hasta libros. Durante muchos años un aficionado taurino empeñaba su propio colchón para poder asistir a la Feria de San Isidro. Otros clientes nos traían sus mantas al comienzo del verano y las recuperaban poco antes de que llegase el frío. Y muchos estudiantes empeñaban sus libros de estudio para conseguir algunos ingresos y ello quedó inmortalizado en una famosa canción popular de nuestra tradición.

Un recurso para los artistas

A mediados del siglo pasado muchos artistas empeñaban sus propias joyas y efectos de valor en el Monte de Piedad de Madrid, con el propósito de obtener suficiente dinero como para poder sufragar los gastos que suponía poner en marcha un nuevo espectáculo. Así fue y sigue siendo, ya que muchos artistas continúan recurriendo a esta vía de financiación en la actualidad.

Un nuevo modelo de negocio

La propia evolución y mejora de la sociedad española es uno de los principales motivos para que ya no se admitan artículos diferentes a joyas (de oro y plata) en el Monte de Piedad. Hoy en día el porcentaje de habitantes que tienen acceso a un juego de mantas, un traje de vestir o una colección de libros es muy superior al que existía a principios del siglo pasado. Por eso, hoy solo se admiten como garantías pignoraticias joyas y artículos de oro y plata de gran volumen (bandejas, cuberterías, juegos de té).

El más antiguo no era el único

Es el más antiguo de España, ¡pero hubo muchos más! Durante siglos, en cada ciudad con más de 10.000 habitantes, aproximadamente, existía un montepío.

El sobrante lleva tu nombre

En las subastas mensuales de joyas del Monte de Piedad de Madrid, el dinero que se obtiene, si el precio de una alhaja aumenta con respecto al de salida, va destinado al propietario. Cuando un lote de joyas se subasta, la cantidad obtenida tras su adjudicación se emplea en liquidar la deuda del titular del préstamo y posteriormente el sobrante obtenido (si lo hubiera) se le entrega íntegramente a quien realizó el empeño de las joyas en su origen.

Una herencia inesperada

Muchas de las joyas de nuestras subastas proceden de herencias inesperadas. No son pocos los clientes que han venido a nosotros por probar suerte, pensando que una joya que habían heredado no valía nada, y se han llevado la sorpresa de su vida! Como una mujer que llegó a tirar a la basura un broche pensando que no tenía valor alguno pero se arrepintió y decidió traerlo al Monte de Piedad. Al tasarlo resulto estar valorado en 2.000 €. O como el caso de unas hermanas que recibieron en herencia unos muebles de su tía y cuando los fueron a vender se encontraron dentro una caja llena de joyas.

Nuestro mejor valedor eres tú

La satisfacción de nuestros clientes: generaciones completas de familias pasan por nuestras oficinas. El boca a boca, ¿qué necesidad tienes de ir al banco teniendo lo tuyo?

Con estas anécdotas, no solo queremos reivindicar la historia de Monte de Piedad y su relevancia, pues todos los beneficios de la institución se destinan a proyectos sociales y culturales de Fundación Montemadrid. ¡También inspirarte para que escribas tus propias #HistoriasdelMonte! Deja volar tu imaginación y cuéntanos con 315 palabras, una gran historia relacionada con una institución que ha ayudado a tantas personas.

Un jurado presidido por Carmen Alborch, ex ministra de Cultura, escritora y patrona de la Fundación Montemadrid, y compuesto por los prestigiosos periodistas y escritores Antonio Lucas, Mara Torres, Javier Rodríguez Marcos e Ignacio Elguero, elegirá la obra ganadora, que se premiará con 1.702 € (cifra que recuerda el año en que se fundó el Monte de Piedad de Madrid), un segundo clasificado con 800 €, y tres accésits con 400 € cada uno. ¡No dejes pasar la oportunidad y presenta tu texto antes del 10 de noviembre!

Concurso Microrrelatos Monte de Piedad

Los secretos de la plata: el metal más utilizado en joyería

¿Alguna vez os habéis percatado de que en muchos países latinoamericanos se llama ‘plata’ al dinero? El término se utiliza de forma habitual en muchos países de habla hispana al otro lado del charco. Nos puede parecer baladí, pero resulta ser un hecho que ejemplifica cómo la plata es uno de los elementos de joyería con más arraigo de nuestra cultura.

Se emplea no solo en las más variadas piezas de joyería y orfebrería, también la podéis encontrar en la cubertería de vuestros padres, en amalgamas dentales del aparato de vuestros hijos o en los pistones de vuestro coche. Es un metal casi omnipresente y, por eso, es importante saber distinguir sus variedades y tipos en joyería.

La plata de ley y sus derivados

Se entiende por Ley la proporción en peso en que el metal precioso puro entra en una aleación. Existen muchos tipos de plata pero la más conocida es la plata de ley: una aleación del metal que tiene distintas consideraciones dependiendo del sistema con que se evalúe. El más conocido en nuestro país diferencia entre la plata de primera y la de segunda ley. Ambas suelen ir acompañadas de una cifra que oscila entre 925 y 800.

¿Qué significan estos números? Se expresará en milésimas y se representará convencionalmente con un número de tres dígitos. Estas cifras nos dicen cuántos gramos de plata contiene una aleación por 1000 gramos de producto final. Por ejemplo: si nos compramos unos pendientes de “plata de ley 925”, significa que la pieza adquirida está hecha de una aleación que contiene 925 gramos de plata por cada 1000 gramos de producto. De esta forma, se considera que la plata de primera ley sería cualquiera que no bajase de 925, mientras que la de segunda no tendría que bajar de 800.

Existe, además, otra distinción: la plata 999, llamada plata pura o fina. Las piezas realizadas con este tipo de material son las de mayor grado conocido, pues no existe ninguna plata de 1000. Aunque en joyería, un mayor contenido de plata no significa una pieza mejor. Depende muchísimo del tipo de joya.

¿Qué son los contrastes? Son la señal con la que -mediante el punzonado-, deben ser marcados los objetos de plata, deben llevar dos, de garantía y de origen.

¿Y en qué se diferencian unas de otras? No todas las aleaciones sirven para fabricar cualquier tipo de joya. La plata más pura, por ejemplo, no es apta para muchos trabajos de joyería porque resulta demasiado blanda y poco duradera. En cambio, la plata de 925 es más dura y ofrece mayor resistencia.

Todo, visto desde nuestro ámbito nacional: en el mundo hay tantas platas como tipos de aleación. En Inglaterra, por ejemplo, la ley marca una distinción entre la aleación 958 (conocida como brittania silver) y la 900 (coin silver).

Ahora que ya sabemos distinguir una plata de primera ley de otra, os animamos a conocer la selección de piezas de este metal noble que hemos puesto a disposición de los coleccionistas y aficionados en la subasta de este mes de nuestro Monte de Piedad. Piezas como el Lote 2, constituido por tres artículos de estilo oriental y piezas de plata o el Lote 10 con cubiertos para servir Bourdier París del siglo XIX, de plata

calada, estampada y grabada con contrastes de Francia. Estos y muchos más, los podréis adquirir el miércoles 18 en nuestra sede, pero ya se pueden descubrir visitando nuestro catálogo online.